El acompañamiento terapéutico es un método de intervención socio-comunitaria que trabaja con personas con sufrimiento psíquico y/o problemática vincular. Es una metodología de intervención social que surge en el ámbito latinoamericano a finales de los años setenta y que cuenta ya con algunos desarrollos teóricos importantes.
Esta centrado en las potencialidades de la persona y toma como herramienta de trabajo el vínculo que se establece entre el profesional del acompañamiento y la persona a la que se acompaña.
El equipo de acompañamiento terapéutico trabaja en coordinación con los servicios de salud mental u otros equipos de intervención clínica, educativa y social.
El profesional se adapta y desplaza al contexto comunitario y cotidiano de la persona que es acompañada, adecuándose a sus necesidades y brinda a la persona nuevas maneras de relación con el mundo y consigo mismo.
El vínculo que se establece entre ambos, acompañante y acompañado/a, genera un espacio de confianza lo suficientemente seguro como para que se puedan ir produciendo cambios que impliquen un mayor bienestar y un mejor funcionamiento social de la persona.
El trabajo está orientado a:
- Incrementar la autonomía de la persona y recuperar la capacidad de confiar.
- Mejorar la autoestima y ensayar nuevas formas de relacionarse.
- Promover redes de apoyo, favoreciendo la integración en el entorno social.
- Apoyar y mejorar la dinámica familiar.
- Vincular a la persona en caso necesario con los servicios de salud mental o recursos de atención psicosocial.
Algunos casos en los que puede ser recomendable:
- Casos de depresión, trastornos afectivos y fobias.
- Psicosis, esquizofrenia y trastorno bipolar.
- Autismo o situaciones graves de aislamiento.
- Problemas de conducta en niños y adolescentes.
- Secuelas psicopatológicas derivadas de situaciones de violencia y trauma.